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Es muy posible que encuentres en Internet muchas páginas que aconsejan diferentes herramientas para comprar seguidores en redes sociales. Sin embargo, ¿es buena idea hacer crecer los seguidores o los ‘Me gusta’ de un perfil a base de pagar?
A lo largo de este artículo, te contaremos cuál es el problema de comprar seguidores para tus redes sociales y por qué deberías centrarte en ganar adeptos de forma 100% orgánica.
¿Qué pasa si compro seguidores?
Para resolver tus dudas sobre este tema de forma rápida y concisa, te vamos a contar las consecuencias de comprar seguidores para Instagram, Facebook o Tik Tok. Ninguna red social se salva, y es que los seguidores falsos son una verdadera tendencia en un entorno tan competido como el de Internet.
¿Qué importa en redes, calidad o cantidad? A continuación, te contamos cómo la compra de seguidores puede afectar negativamente a tu perfil.
1. Perjudicarás tu engagement
Si algunas vez has pensado en la compra de seguidores, desecha enseguida ese pensamiento de tu cabeza. A pesar de que puede ser bastante tentador ver cómo tu número de seguidores aumenta de forma exponencial, lo cierto es que es un dato que no te va ayudar mucho.
¿Por qué? Imagina que eres un influencer, y que tu objetivo es conseguir contratos con diferentes marcas. Aunque es cierto que muchas no van más allá de los followers, muchas otras se centran en cómo estos actúan con tu cuenta. Es decir, que quieren interacción y engagement, algo que no se consigue con seguidores falsos o bots.
Al contrario, y es que al no comentar ni darle al corazón de tus fotos, bajarán tus niveles de engagement. Si con 100 seguidores sólo tenías 50 likes, ¿por qué piensas que tu perfil va a interesar más a una marca por tener 200 seguidores pero los mismos 50 likes?
2. Tus interacciones perderán el sentido
Muchas empresas se encargan de vender seguidores que funcionan a través de bots automatizados, con el objetivo de que se originen interacciones en un determinado perfil.
Leyendo esto, puedes pensar que esto sí es bueno para el engagement de tu cuenta, pero no. Al tratarse de respuestas automáticas, poco tendrán que ver con tu contenido, por lo que no servirán para generar conversación o para que redes como Instagram o Tik Tok las consideren como relevantes.
Si una marca hace un repaso a tus publicaciones y ve comentarios sin mucho sentido, es muy posible que descarten tu cuenta. Lo importante en redes es la autenticidad y, ahí, los seguidores reales tienen un gran peso.
3. Es muy fácil de detectar
Seguramente alguna vez te hayas fijado en cómo crecen de golpe los seguidores de un determinado creador de contenido. ¿Te has parado a pensar cuál ha sido el origen de ese aumento?
A veces el crecimiento puede deberse a un contenido viral pero, en tantas ocasiones lo que hay detrás es la compra de seguidores. Por suerte, hoy las marcas y empresas disponen de diferentes herramientas de terceros a su alcance para detectar seguidores falsos.
¿Cómo saber si alguien ha comprado seguidores?
Una de estas herramientas, completamente gratuita, con la que saber si una cuenta de Instagram tiene followers de dudosa procedencia es HypeAuditor. En unos minutos obtendrás datos sobre el perfil que quieras analizar, ya sea en YouTube, Instagram o Tik Tok.
También puedes hacer uso de herramientas que te muestren estadísticas y gráficas con el aumento de seguidores. Si este es paulatino, no hay problema. Si, por el contrario, existe un crecimiento exponencial en un momento concreto, posiblemente estemos ante un paquete de seguidores comprados.
Otra forma de hacerlo es manualmente, haciendo un repaso a la lista de seguidores de la persona en cuestión. Puede parecer una ardua tarea, pero este tipo de followers se identifican fácilmente, ya que suelen ser cuentas sin foto de perfil, sin publicaciones ni seguidores y de países como China, Rusia o países árabes.
4. Afectará a tu reputación y credibilidad
Al comprar seguidores estás, de alguna forma, engañando tanto a tu audiencia como a las marcas y empresas que puedan estar interesadas en tu perfil. Hasta ahora, te hemos dado el punto de vista del propietario de una de estas cuentas pero, imagina ahora que eres el dueño de una pequeña o mediana empresa.
¿Confiarías en un creador de contenido con seguidores irreales? Lo más lógico sería que no. De hacerlo, estarías pagando por una campaña o un patrocinio que no llegaría al número de personas inicial.
En consecuencia, el retorno de la inversión o los beneficios de la acción llevada a cabo no serían los deseados. Por tanto, como empresa, trata de buscar aquellos perfiles más genuinos, aunque pueda llevarte más tiempo hacerlo. Como influencer, trata de no perderte en un número de seguidores y céntrate en cuidar a los que tienes para que confíen al máximo en ti.
5. Las plataformas pueden penalizar tu cuenta
Si hay una consecuencia complicada de afrontar es que, de golpe, pierdas todo tu trabajo por comprar seguidores. Y es que sí, como lees, algunas plataformas como Instagram pueden eliminar tu cuenta si detectan que has comprado seguidores.
Esta práctica incumple las políticas de esta red social que, si bien no elimina tu cuenta, es muy probable que sí acabe eliminando las de tus seguidores falsos. Sabiendo que puede pasar esto, ¿tirarías el dinero en comprar followers que, de un día para otro, pueden desaparecer?
Conclusión. ¿Vale la pena comprar seguidores?
¿Ventajas y desventajas de comprar seguidores? Como has podido ver, todo son inconvenientes. Lo mejor para hacer crecer un perfil es, en todos los casos, invertir tanto dinero como esfuerzos en crear una buena estrategia, con contenidos que fidelicen a tus seguidores ya existentes y sirvan de gancho para otros nuevos.
Si no quieres malgastar el dinero ni tirar por tierra ni tu imagen ni todo tu trabajo, desde Simio Digital te recomendamos que no te arriesgues a comprar seguidores. Como has podido ver, no merece la pena y sólo puede traer consigo problemas que a nadie le gustaría sufrir. Como empresa, prioriza perfiles honestos y con seguidores auténticos, ya que sólo de esta forma tus acciones publicitarias pueden ser relevantes.